La Masonería Operativa

Los ingleses llamaban free-stone-masón al albañil que se ocupaba de la piedra de adorno para diferenciarlo del rough-masón que trabajaba la piedra bruta. Es la primera mención histórica que derivaría en el término Francmasón (Freemason) y acabaría por designar a los seguidores de la Masonería.Los albañiles constructores de grandes catedrales llegaban al sitio de la obra, a menudo de diferentes países y de diferentes lugares del país. Lo primero que edificaban era la Logia, taller donde iban a vivir durante años, guardar las herramientas, formar a sus aprendices, transmitir sus instrucciones y sus técnicas gremiales en un ambiente cerrado a las personas que no habían sido admitidas tras pasar por una ceremonia de iniciación en la que debían jurar fidelidad para que esos conocimientos no salieran del circulo de la construcción.Logias eran escuelas profesionales y técnicas donde se enseñaba cálculo, geometría, física, a leer los planos, etc., cuando la mayoría de la gente era analfabeta.Ahí podían hablar libremente entre hermanos de cofradía gremial sin reparos, todos pertenecían al gremio de los constructores. Las grandes obras arquitectónicas que se desarrollaban durante años requerían una organización precisa y reglamentada que establecía una rígida jerarquía de subordinaciones. Debido a ello los albañiles constituían un gremio perfectamente organizado y muy exclusivo en el que la experiencia de cada uno determinaba los conocimientos a los que podía aspirar. Existía un maestro albañil que dirigía las logias. En cada logia trabajaba una docena de albañiles o masones de diferentes categorías: maestros, compañeros y aprendices. La admisión en el gremio exigía haber nacido libre y ser de buenas costumbres. En su rito de iniciación, el aprendiz recibía un signo de honor con el que debía marcar todas sus obras: los signos lapidarios. Esto duro hasta el siglo XVI.

Texto de ejemplo